Rickenbacker 620

Hoy voy a trabajar con esta bonita Rickenbacker 620, que necesita una buena limpieza y un ajuste general.



 
 
 
 
Hace tiempo que no se le realiza ningún ajuste y ha ido acumulando polvo y suciedad, por lo que será necesario ir viendo qué necesita sobre la marcha.

 






A parte de la suciedad y el polvo, el puente tendrá que ser desmontado por completo para su limpieza y lubricación, para protegerlo del óxido y facilitar el funcionamiento.


El estado cosmético general es bueno, a excepción de algún toque en la madera y una de las esquinas del golpeador, como puede apreciarse en la foto.

Los tornillos del clavijero, como el resto de piezas metálicas, han ido cogiendo óxido y serán debidamente cuidados.



La guitarra cuenta con una salida mono estandar y con otra con el sistema Rick-o-sound. Se puede utilizar con un cable estéreo y un ampli estéreo, o enviar la señal a dos amplis mono, a la vez que el selector de pastillar ofrece diferentes configuraciones de mezcla de las dos señales.

¡Una opción muy interesante para jugar con el sonido!

Desmontando la parte electrónica bajo el golpeador, puede apreciarse que la humedad a afectado al selector de pastillas, aunque el resto parece encontrarse en buenas condiciones y salvo algún ruido de potes todo está correcto. Se limpia y lubrica todo adecuadamente, usando lubrilimp 1 para los potes.




 

 

Bajo los tapones de los potenciómetros también se acumulan diversos restos, e igualmente en los botones.




Al final el trabajo merece la pena, y los signos de humedad y la mugre desaparecen, quedando los metales protegidos.

 

En cuanto a los trastes, hay algunas zonas de mucho desgaste pero que no afetcan en exceso a la acción, y no hay zumbidos molestos o trastes sordos más allá de lo razonable.

El diapasón de palosanto lacado se limpia a conciencia y se pule y abrillanta.




El puente se desmonta por completo para facilitar la limpieza.

El puente original es sencillo, y cada tornillo regula la selleta sin tuerca de sujección, por lo que después de ajustar la distancia de la selleta hay que empujar el tornillo para que regrese a la posición correcta... Efectivo, pero un poco rudimentario, y hace que el quintado sea algo tedioso al tener que ir probando y reajustando continuamente.



Una vez limpio y montado de nuevo recupera su aspecto lustroso.




 

Es hora de encordar y ajustar la guitarra (después de acabar de limpiar la madera, el clavijero, las pastillas, conectores, sujecciones de correa...). Su dueño utiliza un 0.011 recio, y se ajusta de manera acorde la altura de cuerdas, inclinación del mástil y quintaje de las cuerdas.

El alma en esta guitarra es de varilla doble, por lo que hay que ser especialmente cuidadoso con la tensión a aplicar para obtener la curvatura adecuada.

 

El puente con forma de R es precioso, pero se aguanta sólo con la tensión de las cuerdas y dificulta su colocación. 

Usando el mismo truco que en las guitarras con Bigsby, y con ayuda de una cejilla, la tensión mantiene el puente en su lugar mientras se colocan las cuerdas en el clavijero.





La guitarra tiene su batalla, y algunas piezas han sufrido daños más allá de lo reparable, pero el trabajo mejora notablemente el aspecto, la funcionalidad y la protección a futuro de los materiales. Ahora el quintaje y la acción son mucho más exactos, y ha mejorado en apariencia y comodidad.









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