Guitarra De Armond
Cae en mis manos esta guitarra De Armond para reparar y ajustar, seguramente una versión coreana de la marca tras la compra por parte de Fender. Bastante sucia y abollada, con un golpe de caída que le ha roto el jack de entrada y parte de la pintura y madera.
Uno de los potes ha perdido el embellecedor, que habrá que pegar.
Empiezo a desmontar todas las piezas metálicas y cromadas para su limpieza, quitando de paso todas las pegatinas...
Y bajo tanta estrellita se esconde un golpe que ha arrancado parte de la pintura y dejado el jack de salida suelto:
También se repasan las pastillas y electrónica.
En el interior aparece la punta del cable que debía estar puesto cuando la guitarra cayó y que ha ocasionado el desastre.
Se protegen las pastillas para una limpieza y pulido a fondo.
Aquí se aprecia la gravedad del accidente. La capa de barniz ha saltado, dejando grietas alrededor del agujero del jack. Para no tener que lijar y repintar toda la zona, y como las grietas parecen superficiales y la integridad de la madera parece correcta, se opta por rellenar con cianocrilato e igualar con la pintura adyacente, más rápido y barato para el dueño.
Se rellenará el barniz rajado y se presionará por ambas partes, usando papel encerado para evitar que se pegue.
Mientras tanto, avanzo con la limpieza de piezas metálicas y cromadas, tornillos del puente y demás.
El mástil también se limpia a fondo y se trata con aceite de limón, puliendo los trastes.
La cejuela viene muy basta de fábrica, por lo que se ajusta para que las cuerdas estén a la altura correcta al diapasón, asienten bien en la cejuela y se embutan lo justo y necesario en la misma, perfilando la forma redondeada con las limas.
Al final se acabará de pulir con lija fina.
Además se limpian las pastillas de suciedad y óxido.
Una vez el cianocrilato ha secado, se lija a conciencia la zona con grosores decrecientes, y se pule hasta que la diferéncia con el resto de la pintura es imperceptible. Se ha podido hacer así al no verse afectada más que la capa de barniz y no haberse roto la madera alrededor del agujero.
Una vez con la arandela en su lugar el arreglo es imperceptible.
Para igualar las imperfecciones y arañazos generales, se pule todo el cuerpo de la guitarra.
Para acabar con un poco de abrillantado. La diferencia con como vino es evidente.
Al final se recolocan todas las piezas desmontadas y el resultado es muy satisfactorio.
Uno de los agujeros de la tapa trasera tiene que ser retocado a última hora.
Y el arreglo del jack pasa desapercibido, conservando su integridad y firmeza.
En una de las pastillas es necesario recortar los muelles para ajustar su altura correctamente.
Finalmente, con las cuerdas ajustadas, mastil regulado, quintada... Parece y se toca como si fuese otra guitarra. A disfrutar.
Aquí aún no se aprecia, pero bajo esas pegatinas de estrellitas se esconde el horror, el horror...
Uno de los potes ha perdido el embellecedor, que habrá que pegar.
Empiezo a desmontar todas las piezas metálicas y cromadas para su limpieza, quitando de paso todas las pegatinas...
Y bajo tanta estrellita se esconde un golpe que ha arrancado parte de la pintura y dejado el jack de salida suelto:
También se repasan las pastillas y electrónica.
En el interior aparece la punta del cable que debía estar puesto cuando la guitarra cayó y que ha ocasionado el desastre.
Se protegen las pastillas para una limpieza y pulido a fondo.
Aquí se aprecia la gravedad del accidente. La capa de barniz ha saltado, dejando grietas alrededor del agujero del jack. Para no tener que lijar y repintar toda la zona, y como las grietas parecen superficiales y la integridad de la madera parece correcta, se opta por rellenar con cianocrilato e igualar con la pintura adyacente, más rápido y barato para el dueño.
Se rellenará el barniz rajado y se presionará por ambas partes, usando papel encerado para evitar que se pegue.
Mientras tanto, avanzo con la limpieza de piezas metálicas y cromadas, tornillos del puente y demás.
El mástil también se limpia a fondo y se trata con aceite de limón, puliendo los trastes.
La cejuela viene muy basta de fábrica, por lo que se ajusta para que las cuerdas estén a la altura correcta al diapasón, asienten bien en la cejuela y se embutan lo justo y necesario en la misma, perfilando la forma redondeada con las limas.
Al final se acabará de pulir con lija fina.
Además se limpian las pastillas de suciedad y óxido.
Una vez el cianocrilato ha secado, se lija a conciencia la zona con grosores decrecientes, y se pule hasta que la diferéncia con el resto de la pintura es imperceptible. Se ha podido hacer así al no verse afectada más que la capa de barniz y no haberse roto la madera alrededor del agujero.
Una vez con la arandela en su lugar el arreglo es imperceptible.
Para igualar las imperfecciones y arañazos generales, se pule todo el cuerpo de la guitarra.
Para acabar con un poco de abrillantado. La diferencia con como vino es evidente.
Al final se recolocan todas las piezas desmontadas y el resultado es muy satisfactorio.
Uno de los agujeros de la tapa trasera tiene que ser retocado a última hora.
Y el arreglo del jack pasa desapercibido, conservando su integridad y firmeza.
En una de las pastillas es necesario recortar los muelles para ajustar su altura correctamente.
Finalmente, con las cuerdas ajustadas, mastil regulado, quintada... Parece y se toca como si fuese otra guitarra. A disfrutar.