Esta acústica Dallas VA3 necesita de un poco de trabajo. La cejilla ha quebrado a la altura de la sexta cuerda, lo que provoca que salte al tocar. Además, un ajuste general no le vendría nada mal para mejorar la comodidad y conservar la madera en condiciones.
No es una guitarra que destaque por la calidad de construcción ni por el cuidado al detalle en los acabados, pero cualquier guitarra de este rango puede mejorar notablemente con tan solo unos ajustes y un poco de cuidado.

Con el tiempo, la suciedad se acumula en los rincones de más difícil acceso, las maderas del puente y diapasón se resecan al estar más expuestas, las cuerdas viejas y oxidadas hacen estragos en los trastes, los metales mal conservados comienzan a oxidarse, el brillo y el lustre van desapareciendo...
Por eso, una buena conservación del instrumento en un lugar adecuado y con la humedad adecuada, limpiandolo cada vez que se toca para evitar oxidación y suciedad es fundamental, así como una revisión regular para controlar los ajustes y evitar males mayores con el paso del tiempo.

En este caso, un golpe o alguna grieta preexistente en la cejilla parece ser la causa del principal problema, aunque por el camino iremos viendo qué más necesita.
Para comenzar, la cejilla será hecha de nuevo cambiando el plástico por hueso para mejorar el sonido y la durabilidad.
El diapasón y el puente serán debidamente limpiados, como el resto de la guitarra, y tratados contra la sequedad que manifiestan. Por supuesto, las pegatinas serán debidamente conservadas ya que seguramente contribuyen a la calidez del sonido y a la integridad estructural del instrumento...

Cerca de la boca la madera de la tapa está muy curvada, seguramente debido a una combinación de mala construcción, mala conservación, exceso de tensión de las cuerdas, falta de pegatinas en esa zona...
Las costillas parecen estar bien pegadas, y la solución pertinente para solucionar debidamente el problema excede las intenciones del dueño y su presupuesto, así que por ahora este será un problema con el que lidiar en el futuro.

La electrónica tambien necesita un buen repaso, por lo que habrá que desmontar el módulo del previo y EQ para limpiar los faders y potenciómetros. Así evitaremos que aparezcan ruidos o que el sonido falle en el momento menos indicado.

Para los metales, es necesario desmontarlo todo antes de la limpieza a fondo. Así se puede limpiar la madera y valorar si existe algún problema que tapen las clavijas.

Todas las clavijas se desmontan para limpiar y lubricar los mecanismos adecuadamente, puliendo el metal hasta donde se pueda sin dañar el débil recubrimiento.

Se instala una nueva cejuela de hueso, a la que hay que practicar nuevas ranuras de paso de cuerda a la distancia y profundidad adecuadas. Este es un trabajo delicado, ya que hay que comprobar continuamente la profundidad para evitar pasarse, lo que provocaría problemas de zumbidos y trasteos. Una vez contento con la acción de las cuerdas se rebaja la pieza redondeando sus formas, y se lija y pule para un acabado adecuado.

El resto de la guitarra se limpia a conciencia, se pulen los trastes y se protege la madera del puente y el diapasón con aceite, lo que también mejora su aspecto general.
Una vez las cuerdas definitivas están puestas, se ajusta la curvatura del mástil para una acción cómoda, la altura del puente según las posibilidades del instrumento, se comprueba el sonido de la pastilla, etc.

El acabado de la cejilla tiene como objetivo ser funcional, evitando que las cuerdas salten y favoreciendo un ángulo de salida y apoyo sobre la pieza correctos. Además, las formas han de ser cómodas para que no molesten a la mano al pulsar o desplazar los dedos por el mástil.
Con un poco de dedicación esta guitarra, sin ser de gran calidad, ha mejorado sus prestaciones y su dueño podrá disfrutarla durante mucho tiempo.