Fender American Standard
Desde las profundidades de un triste desván, me llega esta recuperada Stratocaster American Standard para ser puesta en solfa. Su anterior dueño la ha tenido guardada en algún almacén durante tiempo, y necesita algo de trabajo para volver a la vida.
Se trata de un modelo USA, y por el número de serie debió ser hecha en la planta de Corona, entre el 1989 y el 1990.
Estéticamente se encuentra en buen estado, y el haberse conservado dentro de su estuche parece haberla salvado de acumular mayor humedad, aunque los daños internos asomarán enseguida.
Presenta los fallos típicos de ruiditos en la entrada, cambio de pastillas y potenciómetros, pero antes de abrirla parece que nada serio.
La placa del mástil ha visto tiempos mejores...
Sorprendentemente, el plástico de la tapa de los muelles no parece muy rayado, algo que los cinturones suelen causar con mucha facilidad.
Las clavijas también aparentan estar como nuevas.
Me pongo manos a la obra y paso a mayores. Un interior ordenado, aunque con algún problema como veremos.
El selector de pastillas en el problema más evidente. La humedad ha hecho de las suyas, afectando a todos los contactos metálicos. Hay que limpiarlo a fondo y proteger el metal para asegurar el funcionamiento.
El pote de tono es del tipo TBX, con dos recorridos: en la primera parte actúa como un control de tono normal, mientras que en la segunda acentúa los agudos para darle ese empuje extra a la hora de destacar.
Limpio todos los potenciómetros y la entrada de jack, repasando el cableado a conciencia.
Vamos a por la parte trasera.
Los muelles también han acumulado humedad y salitre, por lo que hay que limpiar los metales en profundidad y protegerelos para que no sigan oxidándose.
En la placa trasera puede verse cómo la condensación se ha marcado alrededor del plástico.
Con el nuevo juego de cuerda es necesario ajustar la tensión de los muelles con los dos tornillos que se ven en la imagen, para conseguir un puente horizontal y una buena acción del vibrato.
Se ajusta igualmente la curvatura del mástil, se baja bastante la altura de cuerdas, se pulen los trastes y se limpia y acondiciona el diapasón a fondo. La altura de las pastillas también se ajusta a la nueva distancia.
Por último, se retoca levemente la altura de las cuerdas en la cejuela, para que la acción sea lo más cómoda posible sin llegar a producir zumbidos indeseados.
Antes de trabajar, hay que proteger el diapasón y los trastes...
El resultado es una Strato impecable, que se toca muy bien, con una altura de cuerdas realmente baja y el clásico sonido Fender.