Squier Telecaster - Recoronado
En esta entrada rápida os enseño cómo acabo de recoronar esta guitarra Squier Telecaster.
Anteriormente, los trastes fueron limados para corregir un problema con la altura que producía zumbidos en las cuerdas al poner determinados acordes, por encontrarse bastante gastados en algunas zonas. Una vez igualada la altura de los trastes es necesario recoronarlos, es decir, volver a darles la forma adecuada que han perdido con el lijado, que es el proceso mostrado.
Antes de nada, se protege adecuadamente la pastilla para que no recoja partículas de metal en el imán, y también la madera del diapasón y mástil donde estamos trabajando. Esa protección la iremos desplazando según avancemos en el trabajo con los trastes.
Con unas limas finas acabamos de rematar los extremos de los trastes para eliminar cualquier imperfección o rebaba metálica que nos pueda dañar o molestar en la mano al tocar, siempre con cuidado de no dañar el diapasón.
Seguidamente, con una herramienta especial se realiza el recoronado. Esta herramienta cuenta con tres hendiduras que tienen una superficie que lima el traste a la vez que le da la forma adecuada, con tres diferentes radios según el tipo de traste.
Al realizar este trabajo es importante tener una referencia de la cantidad de material que rebajamos, por lo que pintaremos la superficie del traste con un rotulador permanente para tener una idea de cuánto estamos limando.
Comprobaremos a cada tanto hasta alcanzar la curvatura ideal, siempre sin dañar el diapasón.
Para acabar, se pule el traste, primero con un lijado suave con una lija de grano 1000 y luego con lana de acero, para conseguir una superficie brillante y pulida.
Para el lijado fino me ayudo de una madera con la forma deseada hendida en el canto, de manera que sirve de apoyo a la lija y permite un trabajo más fino.
Es un trabajo pesado y requiere ser concienzudo, pero el resultado final merece la pena. Los trastes ya nivelados recuperan su aspecto ideal, y el contacto con la cuerda se produce de manera óptima, evitando además cualquier molestia al desplazar la mano por el mástil.
Posteriormente se remata limpiando el diapasón a fondo y protegiendo la madera con aceite de limón.
¡VIVA!
